Diana Durán, Gledys Briceño, Ninoska González y Zaida Villarroel han pasado buena parte de sus vidas en el Hospital J.M. de los Ríos. Son testigos de cómo en los últimos años el pediátrico se convirtió en un edificio minado de dificultades. Ellas, como muchos otros, se abocan a brindarles apoyo a niños, familiares y médicos para que su permanencia allí sea más amable.